Cuando ocurrió el primer halving, el cual consiste en la reducción de recompensas de Bitcoin por cada bloque encontrado por un minero, el precio de dicha moneda digital comenzó a cotizarse por encima de los US$ 100,00 hasta los US$ 1.100.00 a principios de diciembre de 2013; cayendo nuevamente a un promedio de US$ 250,00 por BTC luego de que China, país donde se presentó mayor demanda, restringiera su uso al considerar esta moneda como un escaparate para encubrir negocios turbios. Cosa que es, a medias, cierto; si nos ponemos a ver, por ejemplo, el caso del cierre por parte del FBI portal de venta de drogas de la red oscura, Silk Road en octubre de ese año; lo cual causó una leve caída en el precio del Bitcoin. O el primer gran fraude que inició con el cierre abrupto del sitio de compra-venta de Bitcoins, Mountain Gox (Mt. Gox) del cual se sutrajeron el equivalente a varios cientos de millones de dólares. Por último, las acciones fraudulentas de las empresas como Butterfly Labs, KnC Miner, o la más sonada, GAW Miner al articular una mega estafa a principios de 2015 con la criptidivisa Paycoin, luego del éxito de las 'ZEN Hashlets' en agosto de 2014.
A pesar de ello, algunas empresas como Bitbond y BTCJam (ésta última a punto de desaparecer este año), revolucionaron el entorno Bitcoin al ofrecer, por ejemplo (y de esto se trata el tema) servicios de prestamos en BTC por medio de crowdfunding de los usuarios que hacen vida en esos sitios. Algunos prestatarios cumplen con los compromisos; otros, en cambio, se hacen los locos y se llevan el botín dejando a sus inversores guindando con las esperanzas esfumadas de obtener ganancias por los intereses generados en los prestamos.
Todo ese espiral de nunca acabar, de la mano con el hecho de que algunos sitios, como BitLendingClub (denominado por un tiempo, Loanbase), han decidido cerrar sus plataformas debido a la constantes incomodidades de sus usuarios al padecer estafas o insolvencia de pagos por parte de algunos prestatarios; ya que a mediados de 2016 ocurrió el segundo halving, bajando la recompensa de 50 BTC a 25 BTC, traduciendose de esa manera en una escalada de precios hasta el día de hoy por encima de los US$ 2.500.00, ni más ni menos.
Préstamos como aquellos por el órden de decenas de BTC, se han hecho imposibles de pagar. Si bien estas empresas de préstamos de Bitcoin están respaldadas por bufetes de abogados especializados en arbitraje crediticio (es decir, los que te embargan la casa por insolvencia de pago, por decir un ejemplo), deben pagar enormes sumas de dinero. Y al haber grandes cantidades de gente insolvente sin ninguna voluntad de pagar nada, por uno que otro motivo, es difícil mantener ese servicio por mucho tiempo.
Y no importa que la gente, sea estafadora o no, exponga los motivos por los cuales no puede o no quiere pagarlos. Mientras más se tarden en hacerlo, más cuesta arriba se les va a poner y peor aún, no van a tener portales donde hacer fechorías o saciar su vicio de btc solicitudes de préstamo o inversiones para tener ganancias.
En fin, por todo lo expuesto, en este momento es más factible pedirle un préstamo al banco que hacerlo en plataformas de BTC Lending. Lo digo por experiencia propia...
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